Los clásicos siempre estarán de moda, aunque tengan limitación de velocidad. La concentración que hemos tenido hoy en Astudillo nos ha permitido rememorar viejos tiempo, a algunos y, a otros, sorprenderse por los modelos que compartían carretera hasta hace unos poquitos años y que, no dejan de ser casi ya sólo modelos en miniatura de los coleccionables. Preciosos coches y motos que se han acercado desde Madrid, Álava, León, Burgos y Palencia, capital y provincia para llenar las calles de Astudillo.
Después de hacer entrega de trofeos al mejor coche, mejor moto, coche más antiguo, al coche venido de más lejos y al mejor conservado, se pusieron todos en ruta hasta la ermita de Torre, donde se hizo visita a la misma, se tomó la foto de familia y degustaron un aperitivo antes de comer ya en el pueblo. Durante la jornada también visitaron la Peña de los Manguis.
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