De la fuerza que tiene la palabra, de lo que supone para el ser humano, se nos brindó ayer la ocasión de comprobarlo en la II Jornada Literaria celebrada en Astudillo, guiados por Gloria Rivas Muriel, Amparo Paniagua Muñoz, Mercedes Pastor Segovia, Juan Martín Salamanca, Jordi Siracusa y Santiago Zurita Manrique. Autores de novela histórica, de poesía y de relato corto que, nos mostraron su obra y compartieron su pasión por la palabra. "La palabra es herramienta, por eso hay que mimarla", "La palabra es revolucionaria", "Sembramos en pensamiento ajeno una idea nuestra", "La palabra es comunicación de energía, de sentimientos...", "La magia de juntar palabras", "Con la palabra se pueden inventar cualquier imagen", "La palabra está tan viva que editamos para dejar de corregir", "Una palabra aislada provoca recuerdos, sensaciones..." Son reflexiones de los escritores, pinceladas de lo mucho y bueno que se escuchó en la jornada.
Como presentadora de la misma estuvo la profesora palentina Pilar Amor.
Se aprovechó para presentar oficialmente el libro "Caricias y Batallas", en el cual han participado los once autores pertenecientes al colectivo literario "Los perros del coloquio", contando ayer con la presencia de seis de ellos.
PRESENTACIÓN
DE SANTIAGO ZURITA MANRIQUE.
“Se dice que una imagen vale más que
mil palabras, pero también la palabra se hace imagen, se hunde como una piedra
en el río de nuestra consciencia y permanece allí alterando nuestro ser o imprimiéndole
deseos olvidados, anhelados, sensaciones perdidas que nos hacen o permiten
evocar otros lugares, otros tiempos perdidos en la oscuridad del olvido.
La palabras es el todo y la nada, es
el principio y el fin, es un despertar y un morir, es resurrección, guerra y
paz, es romper, quebrar, olvidar, perdonar… la palabra lo abarca todo y todo
está en la palabra.
Es humana y recoge como una buena
fotografía lo sagrado y lo maldito, lo estético y lo cotidiano, lo real y lo
irreal, el mundo de los sueños y de las miserias; la palabra denuncia la
injusticia y reclama lo más justo; desenmascara la hipocresía, el engaño y nos sumerge
en mundos nuevos, posibles o imposibles; es capaz de adelantar los tiempos
venideros y se renueva con ellos.
Por tanto la palabra es vanguardia,
aunque también mediocridad o repetición, toma mil cabezas y mil
interpretaciones; a veces es resbaladiza y otras esconde misterios profundos,
solo al alcance de quien la piensa a la siente.
La palabra canta, ríe, llora, sueña,
duerme, muere y resucita para volver a morir y renacer. Tiene mil formas de
vida y otras mil de esperanza. A veces ni se siente por ser de poco uso y a
veces es la reina que brilla con luz propia, como una estrella. A veces hay que
rescatarla de ese océano en el que se hundió”.